miércoles, 21 de septiembre de 2011

Hablemos de amistad

Durante estos últimos días he estado pensando en las amistades, en lo que son, en lo que te aportan, en lo que te hacen sentir... También he pensado en cómo es la gente, en sus personalidades. ¡Qué tema tan complicado! Parece mentira.
Yo misma me califico de persona extraña. Puedo estar muy alegre y en un segundo muy triste (sí, suena a bipolar pero hablo desde el respeto a esa enfermedad tan grave), cambio de opinión fácilmente, soy caprichosa y cabezota, visceral, maniática, tímidamente extrovertida y un poco bruja... Vamos, un 10 para el que me aguante jejeje. Pero por otro lado admito que no puedo evitar ponerme en la piel de los demás. Cuando alguien a mi alrededor sufre yo sufro tanto o más que esa persona, eso hace que la gente se apegue a mí. Entiendo que, como alguien me dijo un día, nacemos solos y morimos solos, y el hecho de encontrar a una persona que pueda entenderte con tal magnitud hace que te apegues a ella. Es una característica de mi personalidad que me trae de cabeza  porque al final solo me da problemas. Pero así soy :)
A mis 30 años empiezo a pensar diferente, a ver todo desde otra perspectiva. Muchos pensareis "ya era hora, lo que te ha costado..." jejeje, y lo acepto. Pero como ya he dicho, soy muy cabezota y me cuesta creer lo que no me gusta o lo que no se asemeja a mí. Ahora la amistad en mi vida es un tema masticado y digerido. Lo que antes me hacia ilusionarme, emocionarme y darlo todo, ahora me hace tocar con los pies en el suelo, ser precavida y darme tiempo. ¿Para qué tener prisa por poder decir "tengo amigos"? Incluso a veces nos agarramos a un clavo ardiendo y nos hacemos "amigos" de alguien que nos cae mal ¡a mí me ha pasado! es ilógico, y le reímos las gracias, hacemos ver que nos interesan sus cosas siendo tan hipócritas... ¿Tan grande es el miedo a la soledad? Eso es lo que he aprendido. No hemos de tener ese temor. La gente viene y va, pasa por tu vida perdurando más o menos tiempo y algunas, solo algunas  personas llegan a ser lo suficientemente importantes y afines a ti como para otorgarles el adjetivo de "amigo". Pero todo caduca, no nos engañemos. Y por supuesto un compañero/a de trabajo no es un amigo, error de millones y millones de personas que confían en aquel que si pudiera robarte 1€ ni lo dudaría o si pudiera contar algún cotilleo tuyo al jefe con tal de subir escaños lo haría (hay excepciones, no quiero ser extremista, pero he generalizado por estadísticas). ¿Queréis pensar de mí que soy una desconfiada? Estáis en vuestro derecho por supuesto. Es mi propia experiencia la que me hace hablar así, como cada uno de vosotros tendréis vuestras historias.
A todo esto solamente vengo a decir que si no queréis sufrir por un tema como la amistad, que os andéis con ojo. Que últimamente veo demasiadas veces como la gente anda buscando desesperadamente a esa persona a la que poder llamar “mi mejor amigo/a” cuando en realidad no la necesitan. Lo único que necesitan es saber disfrutar más del momento que comparten con cualquier persona que les ofrezca un momento agradable. Y si además eres de los afortunado/as que tiene algún “amigo/a” pues ya puedes darte con un canto en los dientes, memorizar cada vivencia y en un futuro saber rescatar ese recuerdo sin dolor.
Para mí, cada persona que ha pasado por mi vida me ha aportado algo. Bueno o malo dependiendo del momento. Pero intento valorar esa aportación pues me ha llevado a lo que soy hoy.
YO.



P.D.:  Yo tengo la gran suerte de tener "amigos/as" y por eso hoy les dedico esta entrada de blog.
Os quiero.